El segundo álbum de SILVANIA les muestra cada vez más obsesionados con dotar de alma electrónica a su particular percepción del pop. Sensibilidad y experimentación, su tesón por llegar más lejos que nadie les condujo a crear temas tan indescriptibles como “Niño unicornio” que les hacían sonar con un siglo de ventaja por encima de sus contemporáneos. Uno de los mejores trabajos del dúo peruano, sembrado de hallazgos y señales acústicas directamente dirigidas a la espina dorsal del oyente.