Este disco forma parte de la primera entrega del Club del Single de Elefant Records, en nuestro intento por preservar este formato tan entrañable. Y, para empezar, nada mejor que hacerlo con un grupo como LE MANS, que refleja a la perfección la clase y el estilo que pretendemos conferir a nuestros lanzamientos.

“Dry Martini” es el primer single en la carrera de LE MANS, aunque ello no significa que sean unos principiantes: además de su primer LP como AVENTURAS DE KIRLIAN, y hasta llegar a su actual “Saudade”, ya habían editado los LP’s “Le Mans” y “Entresemana”, así como el colorista mini-LP de remezclas “Zerbina”, que contaron con el merecido reconocimiento y admiración de crítica y público. En este tiempo, LE MANS han demostrado que no son un grupo de singles, al menos si los consideramos como canciones susceptibles de enganchar a una amplia franja de público a la primera escucha -exceptuando quizá su exitosa “Un Rayo De Sol”-. De hecho, “Saudade” es un disco a escuchar con calma, con mucha atención y repetidas veces para poder captar toda la esencia de su serena belleza. Si no fuera un poco osado decir algo así de un grupo que se autodefine como “simplemente pop”, diría que “Saudade” es un disco conceptual, cuyas canciones giran en torno a una misma idea, y que debe verse como un todo. Un hermosísimo y doloroso todo.

Por tanto, debemos entender este “Dry Martini/Saudade” (el tema de la cara B es, de este modo, tan importante como el de la cara A) como un extracto del LP, una ventana que nos permite vislumbrar lo que encontraremos al entrar en la obra completa. Y lo que encontramos es el disco más maduro y personal de LE MANS: canciones que tratan todas de temas eternos como el desamor, la nostalgia y el desencanto; viñetas grises y otoñales, como la espléndida portada de Javier Aramburu. La instrumentación es austera, desnuda, primando sobre todo la cálida y conmovedora voz de Jone y la guitarra arpegiada de Ibon, una vez más homenajeando al gran Nick Drake.

“Saudade” es un término portugués que viene a significar algo así como “triste añoranza”: es agradable y tranquilizador ver cómo LE MANS tienen la suficiente perspectiva como para definir su música de una forma tan clara, concisa y, por otra parte, original; mientras la mayoría de comentaristas continúan acumulando tópicos sobre su música, repitiéndolos hasta la saciedad y desgastando su verdadero significado. “Dry Martini”, por otra parte, tiene la letra más hermosa y conmovedora que hayan escrito: una inteligentísima reflexión sobre la dignidad en la decadencia, tras una ruptura amorosa. Emocionante, como las mejores obras de arte.